Todo un banco de mentiras en fotos

El mundo de los bancos de imágenes es fascinante y además es un filón. Me refiero a esas agencias, como Getty o ShutterStock,  que ponen a la venta fotos a cascoporro con las cuales poder mentir con mucha clase.

Porque se trata de mentir, de transmitir una imagen o de promocionar servicios y productos en base a idealizaciones o deformaciones de la realidad. A veces son muy sutiles, como en el siguiente caso:

Foto promocional de la Academia Omar (Murcia)

Sólo aquellas personas que tengan altas capacidades visuales serán capaces de apreciar cierta diferencia entre lo que viene siendo un grupo de murcianicos típico, pongamos de Alquerías, y estas personas que aparecen en la foto. La verdad es que pasan por murcianicos porque no se les oye el acento, eso hay que reconocerlo.

Ciertos sectores profesionales son unos verdaderos adictos a este tipo de fotografías, se podría decir que hasta lo enfermizo. Hablando de enfermizo, precisamente el sector sanitario es uno de los que más recurre a ellas. La siguiente imagen es de completa actualidad:

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Foto promocional del Centro Médico Vita, en Cehegín (Murcia)

A nadie le extraña a día de hoy que haya una doctora sacándose un selfie en un quirófano mientras que sus compañeros tienen abierto en canal a algún paciente, lo vemos todos los días en Instagram. Pero es que además esto transmite mucha seguridad a tus potenciales clientes porque pueden apreciar que el ambiente de trabajo es distendido, que el personal cuida su imagen en todo momento y se capta claramente ese mensaje de trasfondo que podría ser: «Ven aquí que te opere, prenda».

Pero si me preguntáis por mi profesión favorita, lo tengo claro. La comunidad del mundo de la Psicología son los putos amos, no hay quien les gane a esto de los bancos de imágenes. El resto de los mortales parecemos almas en pena en comparación con sus pacientes tras pasar por sus manos, mirad qué felicidad donde antes sólo había penuria:

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Una foto promocional de la Asociación AIDER en Murcia

A estas alturas todos os estaréis haciendo la misma pregunta, imagino. ¿Cómo pueden ser los murcianicos gente tan feliz, diversa, bien parecida? Bueno, insisto en que el acento condiciona mucho, pero con el volumen apagado esa es la imagen real.

Ahora que la época de esplendor de la fotografía contemporánea española se acaba, queremos transmitirles a los fotógrafos/artistas sumergentes que su sitio debe estar aquí, en la fotografía de stock, que estaban errando el tiro. Deben hacernos caso, dejar de pasar penurias económicas y coger posiciones para la era de la posburbuja. Hay gente que vive muy bien de esto, y si no que le pregunten al danés Yuri Arcurs, el autoproclamado mejor fotógrafo de stock, con unos ingresos de más de 1 millón de euros al año. Parafraseando a Yuri: «¿Tienes lo que hay que tener para convertirte en el próximo fotógrafo de stock que más venda al año?«. Dicho de otra forma, utilizando una de las imágenes de Yuri, ¡Qué grande tienes el pepino, Yuri!

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Foto de Yuri y su novia Cecilie en su jet privado

Tener el éxito de Yuri no sólo asegurará ingresos económicos jugosos, sino que además marcará durante décadas la imagen, la estética y los estándares de la sociedad globalizada. Detrás de las imágenes de Yuri se encuentra esa visión tan idealizada de los ambientes de trabajo, las actitudes profesionales, los empleados modélicos, los clientes satisfechos. Que sus imágenes, generadas en Dinamarca, se hayan convertido en las más vendidas ha sido interpretado por otros fotógrafos ávidos de éxito como el camino a seguir para triunfar en el mundo de la fotografía de stock, de ahí que todas las fotos que hay en los bancos de imágenes se parezcan tanto. No es que los de las fotos no se parezcan a los murcianicos, es que los murcianicos se deberían parecer a los de las fotos.

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Una simple búsqueda en Google por el término «Yuri Arcurs» nos da una idea de idoneidad de sus imágenes para todos los contextos sociales del mundo.

Hemos de justificar, por tanto, a los miles de fotógrafos aficionados que con sus creaciones contribuyen a engrosar las colecciones de estos bancos de imágenes, con la ilusa esperanza de sacar unas perras a cambio. A menudo se les tacha de pirotécnicos, obsesivos de la técnica y carentes de cultura visual. Estáis equivocados, porque esta gente  son intelectuales que han leído a Fontcuberta y saben que la fotografía siempre miente. De ahí que les encante esa visión uniformizadora de la realidad y del lenguaje fotográfico, esa imposición de los modelos, las composiciones o la iluminación. En definitiva todo lo que a menudo marca incluso los estándares para distinguir una buena foto (las suyas) de las fotos sin calidad que producen los fotógrafos más modernos o trascendentales. Son los verdaderos curators, ojete.

La buena noticia para los fotógrafos contemporáneos es que pueden continuar con su rollo, seguir disfrutando con lo que hacen. En primer lugar deben darse cuenta de que, frente a esa imagen tan chupi-guay del mundo de stock, ellos tienen un nicho de mercado por explotar, ese público hipster que consumiría otro tipo de imágenes fototópicas, más sombrías, pesimistas e incómodas. En segundo lugar, tienen que valorar positivamente que los bancos de imágenes estén llenos de fotografías ambiguas, de significados poliédricos, como a ellos les gusta. Pueden seguir haciendo fotos raras, de interpretación complicada, porque así podrán usarse lo mismo para un roto que para un descosido. Pongamos como ejemplo una imagen de Juan Margolles, flamante ganador del Full Contact de Tarragona, es decir, otro pobre chico que pasa hambre pero además lo sabe todo el mundo porque se ha hecho público.

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Foto de Juan Margolles (de «Sometimes we have no shadow»)

Esta foto en un banco de imágenes lo petaría, porque tiene varios usos. En primer lugar, ahora que estamos en campaña Navideña podría servirle a muchas empresas para vender bolas de color rojo y lucecitas. En segundo lugar podría servirle a una empresa de jardinería para un slogan del tipo «¿Cómo tienes así la mata? ¡Nosotros te la podamos!». Por último le podría servir a una empresa de autobuses para incidir en que «El tren ya no va a pasar más».

Eso sí, hay algunos inconvenientes que deben conocer antes de embarcarse en este negocio. Los porcentajes de beneficio no son muy altos tras cada foto vendida, de alrededor de un 20%, tienen que olvidarse de hacer fotos con carretes caducados porque esta gente pide muchos megapixeles de calidad y, lo más importante, nunca sabrán para qué acabarán usando sus fotografías. Sus proyectos de retratos sobre gente urbana que afronta la presencia de la ausencia de oportunidades podría verse convertido en otra cosa, como le pasó a Joey en Friends.

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Foto de Joey utilizada para una campaña sobre enfermedades venéreas.

Un Comentario

  1. cómo me he reído!
    siempre que leo vuestros artículos se me ocurren mil ideas para proyectos, que luego no llevo a cabo.
    Gracias! 😀

  2. Con este acercamiento cienojetero dan ganitas de hacerse un «project in Murcia»

  3. Ha sido maravilloso leer este post. ¡Gracias!

  4. Sin ánimo de entrar en una discusión tan sumamente intelectual y de un nivel tan alto que he tenido que leer tres veces lo que has escrito, solo aportaré que una vez alguien me dijo: Qué mentirosos sois los fotógrafos.

    amén.

  5. missterminados

    ¡Jajajaja! Lo que me he reído… Por si queréis hacer una segunda parte de este artículo, como las fotos de bancos de imágenes que usan las revistas o algo así, os recomiendo mirar las de informáticos en general y hackers en particular. Todos los bancos de imágenes saben que los hackers llevan pasamontañas, que el ordenador da frío y se entra mejor en la web del pentágono así, calentico.

  6. De los mejores post que habéis parido, francotiradores! Hago las maletas y emigro a Mircia, paraíso post 1984, comunidad repleta de rubia felicidad variada!!

  7. ¡Oh! Los bancos de imágenes. Ese lugar donde entras a buscar una foto para rellenar textos aburridísimos y terminas creyendo que vives en Minority Report. Donde todos tienen una necesidad imperiosa de señalar con el dedo. Donde vive felizmente Ariane haciendo todo tipo de cosas para que tú tengas la foto perfecta para ilustrar tu pobre trabajo. LARGA VIDA A SHITTERSTOCK

  8. Pingback: Todo un banco de mentiras en fotos — Cienojetes – Fran Martí

  9. SirDisident

    Jejeje apartada y apuntalada la ironía. Es 100% real, a mi me paso en un 100 montaditos, le pedí que subiera el volumen del anuncio y me aseguró que eran españoles, pero que venía con música… a lo que respondí «oui oui»… no es malo que existan los stoks, lo malo es que lo dirija ese capitalismo tergiversador y elocuente estafador… aunque ellos nos llamaran putos fotoperiodistas, sacan lo que hay , no preparan nada… El capitalismo paga las fotos, mientras los obreros gráficos luchamos contra molinos, como consecuentes quijotes de la pureza o lo que aprendimos por ella. Un abrazo gran blog. Me encanta. Aunque nunca me atreva a escribir.

  10. Aclaración a algunos comentaristas cuyos comentarios han sido borrados.

    Sí, efectivamente hemos borrado aquellos comentarios cansinos en los que el único afán era criticarse de forma personal los unos a los otros porque nos aburrís y aburrís a otros lectores. Cada cual es libre de expresarse como quiera, en sus propios medios (redes sociales, blogs, la barra del bar). Este medio es nuestro y nosotros decidimos qué queremos que los lectores lean acompañando a nuestras entradas y qué no, así de claro y cristalino.

    Todo esto os lo decimos, por supuesto, con una expresión de alegría comparable a la de los alumnos de la academia Omar.

  11. Paco G.R.

    Genial el post, me he reído mucho, y eso en los tiempos que corren, ya tiene valor.
    Saludos!!

  12. Que cierto lo del artículo, jeje. Gracias por hacerme pasar este buen rato 😉

  13. cesar

    No cargan algunas de las imágenes…. sabéis por qué??

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