Las escuelas como catapultas

Hay que saber qué se quiere ser en esta vida y las siguientes. Papá me enseñó que hay que tener fuerza y determinación al respecto.

Nacho y Nicon, Nicon y Nacho (tanto montan, montan tanto) lo tienen prístinamente claro: «Queremos ser un minicolectivo de fotografía de autor». Y yo… quiero ser una referencia fotográfica contemporánea; no como mi niñera la Vivi, que obviamente no disfruta de su reciente fama con tanto negativo excelente empolvado. ¡Lo quiero todo y lo quiero ya! Ser la Leica.

«Princesa», me dijeron muy suavemente Cienojetes, «es que para ser alguien en este mundo se ha de pasar por una escuela de prestigio, tener unos estudios contrastados. Pero eso puede salirte muy caro y encima no tendrás un título universitario reconocido. Lo de su nanny en España, con los debidos respetos, no funcionaría». Metiendo piedrecitas en el peep-toe, como si nada.

Determinada y con fuerza, sabiendo que lo del vulgarísimo y ordinario Show Me The Money de las escuelas privadas no es impedimento para mí (ni para otros niños de papá con similares aspiraciones), me dispuse a buscar cuál sería la más apropiada para llegar a mi meta rápido y eficazmente. Investigué arduamente en el universo de las escuelas fotográficas de fama y prestigio con un dilatado o sonoro historial académico de por estos lares:  BlankPaper, Lens, EFTI, IED, IEFC, IDEP, GrisArt. O Madrid o Barcelona, como si fuera un clásico de fútbol.

Las condiciones suelen ser estas: has de pasar un curso general de dos años, te especializas y todo con el habitual discurso educativo oficial de algo que al final no tiene un reconocimiento académico. O un Máster, si te va la droga dura. En fin, un «paisaje infinito» se abría ante mis ojos, me veía dilapidando un tiempo precioso con mocosos hipster de última cámara que no saben ni quién es Radnitzky u, horror, simpáticos maduritos con posibles que no tienen nada mejor que hacer y les sobra voluntad.

Foto Mark Klett

-¿Quién no ha hecho nunca en su vida un «recorta, pega, pinta y colorea»?- Foto Mark Klett

Para abundar un poco más, miré la oferta de profesores y las posibilidades de adquirir ese conocimiento innato, esa sabiduría, esos bergerianos modos de ver. Aquí sí que estamos bien dotados, cada uno en su especialidad: el premio Hasselblad (no más publicidad, ¿ok?), Premios Nacionales (Sí, ella, The Magnum spanish one), famosos comisarios, etc. Ejemplos todos de la madurez fotográfica española dándolo todo en revistas, premios o dorados libros de fotografía ya sean del karma, de los tan traídos cerdos o de conexiones espacio-temporales. ¡Marchando una ración de clases magistrales pues!

Para terminar mi exhaustiva entrega à la recherche du cours perdu, me dediqué a buscar lo que a mí realmente me interesa:  quiénes se han hecho un nombre tras pasar por esas eminentes escuelas. ¡De alumno a figura! Ávida de ver a las jóvenes promesas en sus itinerarios expositivos de renombre internacional para seguir la senda al estrellato y compararla con la de sus maestros, mentores, los que les han dado el saber. ¡Sorpresa! Tiene que ser duro este camino por lo que veo. Tanto que después de salir de las escuelas comienza la travesía por el desierto de festivales, visionados o concursetes, para acabar en la más absoluta nada, donde los «brotes verdes» se secan…

Algo no me encaja. Tanto éxito de los profesores y tan poco de los alumnos. Paréceme entonces que lo único que sirve para publicar, exponer o estar en el pináculo de la fotografía contemporánea es, a saber: conseguir una plaza de profesor de una de las mencionadas escuelas en este idílico paraíso postal. Pero… ¡ajá!,  siempre hay una excepción a toda regla: Valeria Saccone. Espera, que ella ya era famosa antes.

Tendré que seguir el camino habitual, es decir, compraré directamente la plaza. Tendré que soportar a hipsters y maduritos, pero desde el otro lado, claro, cuando ya esté dando lecciones sobre la Fotografía Contemporánea y desgranando mi extensa producción acumulada en esa dilatada carrera.

Un Comentario

  1. Ya lo decía el Gran Cronopio en “Las Babas del Diablo”: «Entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías, actividad que debería enseñarse tempranamente a los niños pues exige disciplina, educación estética, buen ojo y dedos seguros. No se trata de estar acechando la mentira como cualquier repórter, y atrapar la estúpida silueta del personajón que sale del número 10 de Downing Street, pero de todas maneras cuando se anda con la cámara hay como el deber de estar atento, de no perder ese brusco y delicioso rebote de un rayo de sol en una vieja piedra, o la carrera trenzas al aire de una chiquilla que vuelve con un pan o una botella de leche».
    Claro que esos eran otros tiempos y yo soy uno de esos maduritos -no sé si gracioso- que sigue intentando salir a la calle para dejarse sorprender por la vida a la vuelta de cualquier esquina, sin más.
    Salu2.

  2. Ja, ja, ja: ¡gracias por la primera sonrisa de esta mañana!

  3. Imanol

    A veces lo mejor para llegar a ser fotógrafo es apuntarse a una escuela. Y eso mismo es a veces el mayor obstáculo.
    Una cosa es enseñar y otra aprender, y hay responsabilidades compartidas entre la escuela, los profesores y, no lo olvidemos: los alumnos.
    Todo lo privado enfrenta el riesgo de estar terriblemente mediatizado, formateado, por intereses mercantiles. Esto es especialmente preocupante en la enseñanza y la sanidad.
    Un análisis pormenorizado debe englobar muchos factores. En general la calidad de los programas de enseñanza de la fotografía, pero sobre todo su puesta en práctica denotan condicionantes de varios tipos, pero casi siempre referenciados en lo económico.
    Las posibles soluciones a esta situación deberían pasar por una mayor atención a los espacios públicos que primen la calidad, y una ley que aportara ayudas a los espacios privados para que la calidad tuviera un puesto preferencial respecto al negocio.

    Es decir, lo contrario a la dirección a la que parecen focalizarse las políticas de privatización.

    Gracias por vuestro tono de humor que al mismo tiempo invita a la reflexión.

    IA

  4. Yo creo que las escuelas son focos de pago para hacer contactos, tú pagas yo te asesoro pero sobretodo si me caes bien te enchufo en el futuro. Al final, ya se sabe que casi todo funciona por amiguismo.
    Existe la posibilidad de formarse y currarse los contactos sin pagar, pero lo pagas en tiempo y dedicación. Cada cuál elige, si puede.
    Muas!

  5. rick

    IED; IEFC, PICA, EFTI, IDEP, WTF, LOL, OMG… por favor, el próximo en montar una escuela de fotografía que lo haga sin acronimos, que demuestren que tienen un poco más de creatividad y no escasez de medios lingüísticos http://www.youtube.com/watch?v=kTy1x5b6puo
    Ni el hecho de ser buen fotógrafo implica ser buen profesor, ni el hecho de salir de una escuela implica ser un profesional, que hay cada uno por hay…
    Hay poca oferta que para los cientos de fotógrafos que aparecen al año y la mayoría acaban haciendo otras cosas relacionadas con la fotografía, para las cuales no les enseñaron. Otras cosas, como comisariados, gestores culturales, jefes de sala, promotores, páginas web, editores, etc, estas cosas, las hace el propio fotógrafo a lo Juan Palomo.
    Si no hay oferta para fotógrafos y si la hay oferta para esas otras cosas relacionadas con la fotografía… ¿por qué no se enseña la escuelas estas «otras cosas»?, ¿puede que no haya demanda de interés?…

  6. Hola, Rick,
    Puedes aprender todas esas cosas, pero no necesariamente en escuelas de fotografía: Bellas Artes, Diseño, Multimedia, Comunicación… Algunos hemos estudiado varias de ellas y las mezclamos (El mundo es ancho y ajeno, como diría Ciro Alegría). Y los alumnos de fotografía si algo tienen, normalmente, es la inquietud, el deseo de probar y aprender cosas nuevas, el interés por todo lo que nos rodea y, gracias a Dios: creatividad, ingenio y originalidad en bastantes casos. ¡¡¡No te cuénto a qué me explican mis exalumnos que se dedican ahora, pero hay algunos casos que son de premio al ingenio!!! Pero, como te digo, la oferta para todos esos cursos ya se da en otros lugares y muchos de los CV suelen mezclar varios de los que tú mencionas… y a veces la vida y el trabajo te enseñan más que muchos cursos. Pero esto no es algo exclusivo de la fotografía: no siempre te dedicas a lo que has estudiado, ni siquiera a lo que te gusta y yo creo que la universidad o las escuelas te muestran las opciones que hay, las posibilidades que se abren ante tí y, en algunos casos, te enseñan un oficio o una profesión. Y estoy completamente de acuerdo: ni un título implica profesionalidad, ni profesionalidad implica calidad docente… y, obviamente, un artista ha de tener una creatividad y un talento que no se puede aprender ni enseñar. Lamentablemente, hay cosas que han de venir de fábrica y que nosotros sólo podemos pulir, reforzar… o estropear (¡Ay!), pero como profesora de fotografía sí que creo en la importancia de la formación académica, técnica y práctica como punto de partida. Después está todo lo que nuestra Princesa Leica ha explicado en tono de humor pero dando en unas cuantas dianas. En cualquier caso, todo esto sin trabajo, experiencia, creatividad, talento y, sobre todo, voluntad y constancia… me temo que no sirve de mucho (al menos sin padrinos: ja, ja, ja).

  7. eVózquez

    De todos modos no deja de ser preocupante ver la cantidad de «superstars» dando clases para poder comer…

  8. bloque bloque

    Estudiar bellas artes te convierte en «artista»?

  9. not

    Mirando entre lineas, reconozco ese tufillo a decepción, fracaso y resentimiento marca de la casa. Cuando alguien te explique que el talento no se enseña, dale 20000 €, así al menos ahorraras dos años de tuvida

  10. manuel

    No creo en las escuelas fotográficas. Muchas de ellas lideradas por fotógrafos autodidactas. Las escuelas solo sirven para hacer cv y contactos.

  11. La diferencia entre esos (pocos) profesores/as que lo petan y esos (muchos) alumnos y alumnas que no se comen una rosca, quizás, sean unos 10 años de trabajo de diferencia. Que queremos ser la bomba currando en serio 2 años (y a veces incluso sin currar nada), y eso no ocurre en ningún sector, y en uno tan poco profesionalizado como el del arte, menos. Pasar por una escuela, en teoría, dinamiza bastante, pero si te lo curras también por tu cuenta.
    Sobre el amiguismo, por mucho que exista, al final las cosas se sostienen por sí solas, vale que te pueden apoyar, pero si lo que generas no merece la pena, se desinfla al año siguiente.
    Hay mucho resquemor y pocas ganas de autocrítica o me lo parece?
    No lo digo por el post, que por lo menos se lo toma todo a risa, más bien en comentarios de este y otros muchos post de este blog.

  12. Juan

    Yo estudié en una de esas escuelas. Tal vez en la de más prestigio. El desembolso económico fue grande pero mereció la pena. Después de terminar mi Máster empecé la ascensión en el mundo de la imagen fotográfica. Aprendí los pasos a seguir para llegar a ser un grande y ahora, gracias a todo lo que me enseñaron, puedo decir que nado en petrodólares. De hecho, la cita anual de antiguos alumnos de la promoción documental 2007/2008 tenemos por costumbre celebrarla en algún resort del Caribe. Algunos profesores nos dijeron claramente que nunca conseguiríamos salir de las faldas de mamá a base de fotacas pero, a la vista está que nada más lejos de la realidad.

  13. Bueno… estudiar Bellas Artes te convierte en Graduado en Bellas Artes si terminas la carrera: ja, ja, ja. ¡¡¡Nada más y nada menos!!! Como estudiar filología te convierte en filólogo, no en escritor. Y lo mismo en cine, y en muchas otras cosas. ¡¡¡Ojalá fuera tan fácil ser artista!!! Lo de que el talento no se enseña: llevo muchos años dando clase como para saber que el que lo tiene lo tiene y el que no… podrá hacer cosas dignas currando mucho e incluso podrá llegar a algunos lugares con buenos padrinos o con astucia y dotes sociales, pero yo no he conseguido enseñarle a nadie a ser genial. Y cuando tienes a alguien con talento en clase… es sencillamente alucinante. También debo reconocer que a veces nuestro sistema educativo o expositivo o lo que sea, puede llegar a ser muy frustrante para muchos de esos alumnos con talento y para muchos artistas que no se dejan llevar por las modas. Desgraciadamente, suele ser más fácil que alguien mediocre se adapte al sistema que conseguir que alguien que vuela alto se deje atrapar por las reglas del juego… Sólo constato una realidad: puede ser una limitación mía como profesora (¿vale esto como autocrítica?), pero también creo que no puede haber miles de artistas saliendo cada curso de escuelas y universidades. Hay estudiantes, graduados, licenciados… pero ser artista o autor es otra cosa, y llegar al éxito a veces tampoco tiene que ver con ésto sino con las reglas del mercado (y con otras cosas que el post indica entre bromas y guiños). Como bien dice Olmo González hay unos cuantos años de trabajo de diferencia y también otros muchos factores, como la dificultad que algunos tienen para conseguir hacer visibles sus obras en los canales adecuados. Suscribo todo lo que dices, Olmo: muy acertado tu comentario, como lo es el post.

  14. rick

    ¿estáis hablando del éxito como fotógrafos?, explicad ¿qué vara de medir estáis usando?

  15. su

    Me encanta!
    Yo estudié en una Escuela de Arte y aunque no triunfe…me encanta hacer y ver fotos.

  16. manuel

    Lo peor es que ese amiguismo que se disfruta en ciertas escuelas, es que te convencen de que servirá para algo. «aprende a editar tu propio fotolibro». Si , aprende a editarlo y vendérselo a tus padres y hermano porque a nadie más le va a interesar.

  17. Materamateurísima

    Pues yo no sé quién doctoró a Tales de Mileto en Filosofía…
    Pero tampoco sé de qué escuelas son las mentes que deliberan los fallos, ni que pretenden coleccionar los coleccionistas, ni quién se encarga de redactar estas parrafadas, que como los políticos de turno, utilizan muchas palabras para decir bien poco o nada.
    El caso es que no entiendo nada de nada.
    Tendré que matricularme en alguna de esas escuelas que aquí se nombran, para poder optar a ser tenido en cuenta. Aunque me gustaría comprobar el árbol genealógico de cada una de ellas… comprobar quién fue el primero que, modestamente y sin abuela, se erigió en doctor para después doctorar a los demás.
    Me quedo en PAZ, por no frecuentar este tipo de eventos fotográficos; pues si no fuera así…estaría ahora estirándome de los pelos hasta el suelo.
    Me niego a creer que entre las 169 obras presentadas, no exista otra que merezca los 15.000 euros; que no son pocos…y que dan bastante para algún proyecto de mentes jóvenes, interesante con toda seguridad.
    Con mis respetos al ganador..yo, personalmente, no le compraría su obra, no la coleccionaría, no la colgaría en ninguna pared de mi casa…y no dedicaría ni un minuto de mi tiempo a observar su «bam-bam»
    Pero para todo hay gustos!!!…dicen, y para el «arte» más, si cabe
    .
    http://cordopolis.es/vari-carames-logra-el-premio-pilar-citoler-con-bam-bam/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=vari-carames-logra-el-premio-pilar-citoler-con-bam-bam

    Perdón, hablaban ustedes de escuelas que enseñan qué?
    Materamateurísima

  18. Joder, que Vari Caramés mola.

    • Materamateurísima

      Efectivamente, no se lo niego a usted, Caramés «mola».
      Tiene buenos trabajos, no lo pongo en duda.
      Pero esta obra yo no la compraría.
      ¿El premio es a la obra o al autor?…
      Si el premio es al autor, yo no hubiera abierto esta boca; si es a la obra; como lo es…según mi opinión, y siempre según mi opinión, esta no lo merece.
      Todos los autores (grandes y no tan grandes) tienen en su haber éxitos y detrás de estos algún que otro fracaso., algunos más que otros.
      Creo que es importante dirimir el valor del resultado de la obra de cada autor. Crean obras buenas…y no tan buenas.
      Hice una vez un estudio que me interesaba… Durante una mañana que tenía libre me fui a un museo donde tenían (como en muchos) una sala dedicada exclusivamente a un solo autor. Permanecí allí tiempo, primero observando detenidamente su obra; después observando detenidamente a quienes pasaban por allí.
      Casi todos los visitantes se detenían siempre durante más tiempo en las mismas obras, la dos o tres más famosas, mientras que apenas miraban las restantes, casi ignorándolas.
      A punto de marcharme, al final de la mañana, entró un joven, y directamente se dirigió a observar la obra más famosa de ese autor, (obra a)
      La miró tranquilamente, después recorrió toda la sala y se detuvo ante otra menos conocida, (obra b) Entonces fue curioso, porque creó un recorrido en diagonal desde la primera obra a) hasta esta última, b) hizo el recorrido unas seis o siete veces… creo recordar.
      Le pregunté, y amablemente me contestó el porqué de su recorrido:
      «…hemos dedicado mucho tiempo en clase estudiando la obra a); el profesor hasta nos ha hecho un examen de la obra a); nos ha explicado todo lo que significa y quiere trasmitir el autor en la obra a)…pero resulta que he venido a verla para comprobarlo, y…¿sabe usted que me ocurre?; que la obra b)… de la que no conocía absolutamente nada, me hace sentir mucho más; pero mucho más… si pudiera, la compraría. Creo que tiene todo lo que tiene la obra a) y además me trasmite mucho más»
      Para gustos, los colores!!! dicen y y para el “arte” más, si cabe.
      En las escuelas puedes aprender la técnica propia de la disciplina fotográfica. Te aseguro que en un año, (sin agobios) se aprende toda…a no ser que seas algo torpe. El resto del tiempo es puro negocio, dilatar demasiado los contenidos y domar los gustos de los asistentes hacia las propias tendencias de cada escuela, para así poder titularlos luego; «fulanito…de la escuela de…» (Recuerda, de la escuela de aquel primer «espabilao» que se doctoró a si mismo para después poder titular y doctorar a los demás!)
      Otras obras de Caramés…si las compraría.
      Un cordial saludo
      Materamateurísima

  19. materamateurísima.

    Me agradaría me facilitaran una explicación sobre la eliminación de los dos post que realicé con relación a este tema. Creo que me limite a manifestar de forma correcta mi opinión personal, y si por no gustarme una obra determinada de un autor premiado recientemente, y hacer referencia a las dudas que me surgen sobre quién fue el primer «espabilao» que se doctoró para después poder titular a los demás les parece que merece ser censurado…esto no va nada bien, el valor que les otorgaba al poder expresar cada uno su opinión, ha quedado bajo cero, señores míos…más aún, cuando, en ningún momento he utilizado ningún término ofensivo para nadie.
    Entiendo que si les molesta que manifieste mi opinión sobre el negocio de las escuelas, dónde se dilata extraordinariamente el tiempo para que los contenidos que se pueden aprender en un año tranquilamente, se demoren a tres… es algo real como la vida misma. Es como el algebra de boole, una vez aprendidas sus propiedades, todo lo demás son combinaciones y variaciones sobre lo mismo. La técnica, no da de más, una vez aprendida, técnica y mecánica, el resto es cuestión de la inspiración de cada uno y de las ganas que tenga de aprender conociendo el mundo que le rodea en toda su extensión.
    Saludos cordiales.

    • No hemos borrado los comentaros, hoy han vuelto a a ser visibles. La razón de que ahora no aparezcan es que están relacionados con la nueva entrada de esta semana y han sido ocultados para centrar el debate sobre el tema en el nuevo post, no en el de las escuelas.

  20. materamateurísima.

    o.k, disculpen mi impaciencia… (no había caído en este detalle) y me acabo de dar un supremo «batacazo», mi especialidad!!! 🙂
    Disculpen.
    Materamateurísima.

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