Mira mis fotos, mira qué molona es mi vida

¡Pero qué vida tan molona que lleváis todos! Por un tiempo creí que mi vida era un desastre, un fracaso, al ver las fotos que subíais a las redes sociales, pero os he pillado el truco, pillines. Y encima me voy a forrar a vuestra costa.

Desde que llegaron los móviles con cámaras de fotos, las redes sociales, los filtros, las WiFis y las 3Gs el mundo no deja de ensuciarse de imágenes. Y no sólo de los fotógrafos, de cualquier persona dispuesta a contarle al mundo cómo es su realidad. A veces resultan tan convincentes que incluso casi me lo trago. Pero realmente esas fotos cuentan más acerca de cómo os gustaría que fuera vuestra vida. Lo cierto es que ni siquiera sabéis cómo es vuestra realidad, estáis demasiado ocupados sacando fotos de ella y anticipando qué repercusión van a tener en vuestros círculos que no os dais cuenta de que se os ha colado un tipo buscando unos pantalones.

 

El patrón que se repite es sencillo y suele ser parecido a lo que sigue. Se toman aquellas fotos en las que se pueda aparentar una vida interesante y exitosa, seleccionando las que mejor lo transmiten y retocándolas después para que el pego sea óptimo. A veces también puedes tomar fotos con la intención de transmitir soledad, fracaso o desasosiego, pero debes hacerlo de forma que al otro también le apetezca sentirse como una mierda. En resumen, tu vida siempre es guay (aunque te etiquetes como #sadboy).

 

Y para rizar el rizo llega la moda de los selfies. Porque todo esto va de TU vida, claro. Ahora resulta que están de moda las fotos que contienen principalmente el careto de alguien, un trozo de su brazo, una deformación de la imagen debido al angular, un flashazo que le resalta los poros de la cara y… espera, que parece que hay algo más en la foto… sí, alguien o algo con quien está o donde está. Menos mal que salís en la foto, para que podamos creer que habéis estado allí. Porque, como dice Jason Thomas, un selfie con tu abuela no va sobre tu abuela, sino sobre que eres tan espléndido que has ido a ver a tu abuela. Vamos, que no sólo hacéis cosas magníficas en vuestras vidas, sino que además sois maravillosos.

 

Yo tengo una regla que intento aplicar a la hora de conectarme a las redes sociales. Cuando alguien sube más de una foto de algo que está haciendo eso no es información, es ostentación (lo llamaremos la regla del brasli, palabra murciana que sirve para denominar a los calzoncillos paqueteros y que me sirve como metáfora de que se te marca el pijo). Habrá quien diga que lo de compartir nuestras fotos de las vacaciones no es nada nuevo, que los carruseles de diapositivas tienen ya sus años. Pero hay algo enfermizamente novedoso en el fenómeno, la competitividad. Cuanto antes, tenéis que dar a entender al mundo que vuestras vacaciones son grandiosas, fastidiar a los demás mediante un recochineo sutil. Aunque todo esté yendo fatal, siempre habrá algún filtro de Instagram para dar otra impresión.

Por eso he decidido sacarle partido a todo esto, tengo un plan perfecto. Me he convertido en uno de esos fotógrafos que está dispuesto a distorsionar lo que haga falta tu vida si así lo necesitas. No hay nada más representativo de nuestro tiempo que una iniciativa como a la que ahora pertenezco, acompañarte en tus viajes y prometerte que se publicarán en tus redes sociales, cada día, las fotos más chachipiruli sobre tu aventura. Así ahora te podrás tocar las narices a dos manos mientras yo dejo todos los megapíxeles bien ordenados. No temas, si quieres que tus selfies sigan pareciéndolo, sólo tendrás que acercar el brazo hasta mi pepino, lo tengo todo pensado. Ahora hasta me estoy especializando en nutscapes de esos.

 

Lo más cínico es que nos lo podíamos haber ahorrado todo. Cada recuerdo, con el tiempo, se acaba distorsionando y casi siempre prevalecen las interpretaciones más positivas. Los recuerdos no dejan de ser ilusiones de lo que realmente acontece. Aunque tuvierais  fotos más insulsas, menos impactantes, menos ostentosas, al final de vuestra vida tendréis sólo ilusiones en vuestro interior. En vuestra visita a la abuela, la del selfie, quizá estuvisteis viendo fotos antiguas sacadas de una caja de hojalata. Ahora pensad en la cara de vuestros nietos y lo que se van a descojonar cuando dentro de unos años les enseñéis vuestra cuenta de Instagram y de Facebook, con miles de selfies, pies en el agua, mojitos, platos de comida y demás. Esa foto, la de la cara de vuestros nietos, sí que quiero que la subáis a la redes sociales, la estaré esperando mientras ignoro todas las demás.

 

Por cierto, para terminar. Últimamente me siento más reconciliado con los fotógrafos contemporáneos. Les agradezco mucho, de corazón, que publiquen fotos de aseos públicos. A veces uno necesita saber que hay otras personas a las que, como a mí, tampoco les pasa nada interesante en la vida.

Un Comentario

  1. Sensacional Nacho. Y aunque me has despertado una gran sonrisa, como casi siempre, creo que tu post también mueve a reflexionar. Parece que el mundo de la fotografía se ha convertido en otra moda de la cultura del consumo rápido y vacío…las fotos de la abuela no llevaban retoque digital ni estaban encuadradas en los tres tercios, pero tenían alma. Saludos!

    • Net

      Yo personalmente me alegro de poder hacer 500 fotografías a mi abuela para poder recordarla, si vosotros preferís tener sólo una me parece bien. Y SI, he visto usuarios anónimos con mejor gusto estético y de composición que algunos fotografos «profesionales». Deberíais tener una vida y no fijaros tanto en cómo la viven los demás.

    • Vaya, yo no soy fotógrafa, sólo reflexionaba en voz alta 😉

  2. Esta vez sí que estoy de acuerdo con vosotros al 100%.

  3. VASELINA

    Solo por ver la foto de PolloBarba el post merece la pena! XD

  4. eset

    (lo llamaremos la regla del brasli, … aqui dejé de leer. … comento aqui aunque esto lo hagas para el face.

  5. Life

    Por qué te molesta lo que otros hagan con su tiempo y con su vida? Acaso te hacen mal? Te están robando? Crean guerras por mostrar una foto de sus vacaciones? Vive y deja vivir, deberías intentarlo.

  6. Agustin

    A quin te recuerda todo esto?

  7. Miko

    Lamentable… me encanta.

  8. Ruben Sanz

    Bravisimoosss as always #elproximodelasalmojadillas y el rollo #fotoamericana #nuevaeuropa

  9. Jelgc

    Amargado. Busca una novia

  10. omar

    jajajaja me gustan tus comentarios y ver como la gente se prende de forma casi extrema diría, tan extrema como llegar a mostrar situaciones totalmente ambiguas de las cuales creen que de esa forma tienen un lugar privilegiado en este mundillo llegando a discordias tales como dejar amistades. Como dicen por allá si algo no te mola cambia de canal papa que seguramente vas a encontrar algo que si mola. saudos y sigan así

  11. alfonso

    lo de la cuarta foto es un huevo??? Joder eso abre otra categoria en instagram.

  12. Me encanta tu sentido del humor y tu sarcasmo. Buen blog ! 😉

  13. Roo

    Si quieren profundizar en el tema de la fotografía y el consumo les recomiendo el libro de Susan Sontag, «Sobre la fotografía».

  14. vídeo hecho con miles de clichés instagrámicos:

  15. John Doe

    Ingenioso! Solo me parece una ironía, y al mismo tiempo paradójico, que utilizas los mismos medios a los que criticas, para llegar a la gente, y aunque no sea con una fotografía, inculcarles lo molón de tu pensamiento, a través incluso de un blog.
    ¿Quien es mas farsante, los tont@s que se hacen selfies, o quienes se aprovechan de ello para buscar notoriedad?

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