En la sombra, de forma sigilosa, sin armar ruido, normalmente alejados de los premios y las alabanzas. Pero nos la han metido doblada, en el fondo son los que han sacado más provecho económico a todo esto con su sistema oligárquico, y siempre saltando con red.
Hagamos cuentas. Durante los últimos cinco años, nuestro breve pero intenso periodo de existencia, han desfilado por el candelero decenas de nombres de fotógrafos. Todos querían tener su fotolibro para trascender, soñaron con su momento de gloria. Ahora a algunos sólo les queda el recuerdo de estar en la página de 30y3, que va cogiendo su valor histórico como recopilatorio de dioses caídos (a.k.a. one hit wonders). Sin embargo, no encontraréis ahí a los que, seamos claros, han sido los putos amos de todo esto de los fotolibros.
Ellos han conseguido que se hable del cosido japonés, de la encuardernación canadiense, del olor de la tinta, de la textura de los papeles, de las tipografías, etc. Sí, hablamos de esa troupe de editores gráficos, diseñadores, impresores y demás personal que siempre están por ahí cuando hay un fotolibro por en medio.
Siempre han figurado, es cierto. Antes ayudaban a realzar la labor del fotógrafo, pero ahora es que son la releche, porque tienen el superpoder de hacer que parezca bueno un mal trabajo. ¿Cuántos libros están llenos de fotografías completamente prescindibles pero que resultan algo interesantes gracias al trabajo de los putos amos? Sí, porque esas personas son expertas en disimular las carencias de un trabajo y potenciar las virtudes. Que las fotos no valen nada, se las esconde en una encuaderación japonesa. Que no hay coherencia en el trabajo, se hace una edición que descoloque al personal y de pronto parece que el tonto eres tú. Que el libro se desmorona si uno lo analiza más de un minuto, pues se manda a imprimir a Brizzolis para que atufe a tinta y así nos garantizamos que se vea en pequeñas dosis, que ese rollo drogata les va a los modernos. Se saben todos los recursos, para eso son los putos amos.
Como hemos dicho, saltan con red. Si un trabajo no funciona siempre se le va a atribuir todo el fracaso a las fotografías, pero si funciona es hasta posible que se alabe su intervención. Lo suyo no es cuestión de un golpe de suerte, llevan trabajando tiempo para lograr esa posición privilegiada. Y ahí están, son las caras fijas en la mayor parte de los saraos y los nombres por defecto que aparecen en los créditos de los fotolibros. Mientras otros pasan y se estrellan ellos siguen orbitando.
Porque un autor se juega su nombre, un editor se puede jugar su inversión económica, y un fotógrafo que se autopublica es un masoquista kamikaze que se lo juega todo. Sin embargo, cuando un libro está en la calle esperando a que alguna de esas 150 personas que compran fotolibros decida llevárselo, quien ya ha cobrado es el diseñador, el editor, el preimpresor, el de la imprenta, etc. Y luego la gente se sorprende de que en los visionados de porfolios sean tan positivos y animen tanto a los autores a seguir adelante con sus trabajos… si os parece se tiran piedras contra su tejado diciendo «mira, no saques el libro porque aunque yo vaya a ganar pasta seguro editándotelo a lo mejor tú no ves un euro». No, no, hay que ser majete.
Es de justicia reconocer que si se ha hablado tanto de la fotografía contemporánea en los últimos años ha sido, en gran parte, por su labor, por conseguir que lo que era infumable al menos se convierta en inflamable, incluso en vender humo directamente. En el fondo, rara vez el mérito de esta burbuja fue de los fotógrafos, ellos nunca hubieran podido crear una estructura que, aunque endeble, durara unos años.
Nos corroe la envidia, la verdad, así que tenemos cuestiones que nos quitan el sueño. ¿Cómo se sube uno a este carro? ¿Dónde hay que apuntarse? ¿Hay talleres sobre eso? ¿Tenemos que mudarnos a Malasaña o lo podemos hacer desde Murcia? ¿Podemos usar InDesign pirata? ¿Hay que irse a Japón para aprender a encuadernación japonesa? ¿Podremos hacer competencia a Palermo instalando una impresora güena en el trasterete? ¿Vale una multicopista/fotocopiadora? Responded pronto, por favor, que nos corre prisa.
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La era del packaging fotográfico. Fotopackaging… fotolibros. Humo. Decenas o centenas de fotógrafos emergentes en el vacío. Y los diseñadores y las imprentas… todos tan contentos.
Detecto algo menos de humor en este post de Cienojetes. No es para menos.
Lo más sorprendente es que en la mayoría de fotolibros que se publican actualmente en España siempre aparecen los mismos nombres en los créditos. Un poco de riesgo estaría bien.
También, sería bueno destacar que esos nombres se repiten por su gran profesionalidad, exigencia y generosidad. También, sería bueno informarse más antes de opinar, a los nombres que se repiten no les han regalado nada y no son recién aparecidos. Trabajo, trabajo, trabajo, y poco más.
Es lo que tiene regalarte a ti mismo un puñado de ego por ver tu nombre en un libro, un efímero placer que solo sirve como «chuche» para el alma.
Cualquiera sabe sin estar dentro, que algunos de los mejores fotógrafos no vieron un libro suyo publicado en cualquiera de las editoriales » subvencionadas por el gobierno español» solo por decirles la basura en la que habían convertido el negocio de la fotografía…ya sabemos que en esto de la fotografía, las relaciones sociales son tan importantes como en la política…y salvando excepciónes que navegan entre su buen hacer con la cámara y lo políticamente correctos que se ha de ser, consiguen pasar sin tener que someterse al besa manos de turno o el desgaste de rodilleras continuo…pero de estos hay cuatro y creo que me he pasado en el número.
Pero ellos siguen teniendo una cola de bobos con los que vender la moto al político de turno para que suelte «nuestra pasta» para mantener su negocio en el nombre del arte y la cultura nacional :)..
Antes que nada, gracias por tu publicación. Me llevó años encontrar un fotógrafo que no hable solo de equipos y técnicas básicas!
Respecto a los fotolibros, me parece que son como el resto del mercado hoy en día. No depende tanto de tu capacidad fotográfica sino de tu capacidad de relaciones públicas. Y eso te lo dejo a vos, si tú prefieres dedicarte a sobar lomos allá vos, yo prefiero fotogafiar y quedarme sin libro ni fama ni nada.
De nuevo, gracias por este blog que hoy descubro, me voy a bucearlo un poquito para atrás.
Saludos desde Patagonia.
¿Cómo se sube uno a este carro? PAGANDO MUCHO Y HABLANDO COMO LA CASTA.
¿Dónde hay que apuntarse? SI TIENES DINERO, ELLOS TE ENCUENTRAN.
¿Hay talleres sobre eso? SI
¿Tenemos que mudarnos a Malasaña o lo podemos hacer desde Murcia? LAS FELACIONES SE HACEN EN DIRECTO, HAY QUE ESTAR EN MADRID.
¿Podemos usar InDesign pirata? COMO NO SE PUEDEN VER EXTRACTOS DE CUENTAS. LA RESPUESTA ES SI.
¿Hay que irse a Japón para aprender la encuadernación japonesa? CUALQUIER TUTO DE YOUTUBE VALE.
¿Podremos hacer competencia a Palermo instalando una impresora güena en el trasterete? CLARO, ¿QUERÉIS NOMBRES Y APELLIDOS, DIRECCIONES Y COSTES DE LOS INTRUSOS? PERDÓN, PROFESIONALES DE HOY DÍ DÍ DÍ DÍ DÍA… CAPISCE??
¿Vale una multicopista/fotocopiadora? SI/SI
A mí siempre me ha llamado la atención que todos estos fotógrafos autores de obras de comprensión compleja, se auto-convenzan de que a la gente les guste un libro de fotografía en el que las imágenes son difíciles de explicar, haya que leer texto para entender las mismas y aun así, en la mayoría de los casos, esos textos son pesados de digerir… ¿de verdad se creen que la gente normal va a pagar por ello? Parece ser que sí y es lo que más me descoloca.
Siempre He disfrutado con los libros de fotografía que he comprado, viendo fotones que me hacen sentirme un simple fotógrafo que no pasará de profesional correcto, aprendiendo de otros fotógrafos… pero entre esos libros y esos otros «conceptuales», de proyectos personales … no sé, es que no entiendo nada. Nunca entendí cómo puede haber una editorial que los edite y publique.
Creo que ni con la selección de mis mejores 50 fotos conseguiría nada digno, merecedor de publicarse. No porque considere que mis fotografías no sean buenas, si no porque no llegan a la categoría de arte, no tengo ese talento… ¿y ellos, no lo ven? ¿No se dan cuenta?
Claro, tampoco nunca he pensado en publicar ningún fotolibro, quizás me he librado de estos personajes y no me han afectado el sentido común. No les conozco, no sabía de su existencia.
Ibas bien, pero que muy bien…………..hasta que sacaste la palabra arte.
Javier, con todo respeto, me parece que no te has enterado de nada, sigues pensando en «fotones».
¿Editoriales que editen y publiquen? No hay!!! Hay intermediarios y distribuidores. Editoriales, dice… jajajaja Otro día hablamos de las mejores imprentas de España, destinada a los estudiantes que se comen y tragan todo con la ilusión típica del novato.
Y con todo el respeto te lo acepto.
El caso es que si hablamos de fotolitos… ¿no he de esperar buenas fotografías?
¿O es que quizás tengo que esperar que haya autores que quieran contarme sus historias, sus miedos, sus deseos… contados por medio de imágenes sin atender a la calidad de éstas? Pero y siendo así, ¿no debería de entender que ellos me lo contarían mucho mejor con grandes fotos que me enganchasen?
Me pregunto si por el mero hecho de escribir un libro, eso convierte en escritor al autor. El que compra un libro para leerlo, ¿no espera una buena historia? … bien redactada, sin faltas ortográficas, con el mensaje claro, en el que llegar a comprender su historia, su miedo, sus deseos, toda una trama… que enganche en su lectura y se esté deseando conocer el final… ¿Consiguen estos autores de obras algo de esto? ¿entienden que debería ser el fin último de una publicación?
¿Por qué motivo tengo que ser yo el que me quede con cara de tonto intentando comprender algo? Algo en el que siquiera disfruto observando.
Después de 32 años haciendo fotos, leyendo, viendo expos… ¿no tengo cultura visual? ¿Acaso soy un poco límite? ¿no me sirve de nada entender la luz y las emociones que despierta según su dirección, intensidad, calidad…, los encuadres, valores de plano, leyes de la Gelstat, composición…? ¿nada?
¿Por qué no puedo pensar que es gente que quiere contar cosas sin el más mínimo talento? ¿quizás sin los conocimientos necesarios?
Para contar historias con fotografías se utilizaban las fotonovelas, y no se parecían en nada a estos fotolibros. Y si queremos darle continuidad a las imágenes tenemos vídeo/cine.
¿Y no será que hay personas empeñadas en hacernos ver el color en una imagen gris?
Entiendo la inquietud de muchos autores deseando expresar muchas cosas, también las ganas de notoriedad o simplemente de ser atendidos… pero si es a través de la fotografía y quieren mi atención, tendrán que hacerlo bien. De otro modo pensaré que no tienen nada interesante que contarme por lo que perder mi tiempo y menos mi dinero.
¿Alguien se imagina rodar una producción de cine en la que todo sea muy extraño, sin un mensaje comprensible, sin una historia convincente… si no se tiene la esperanza de recaudar para cubrir gastos? Lo mismo con la edición de una novela del género que se nos ocurra… ¿por qué razón iba a funcionar esto con estas obras?
Bueno… quizás no me haya enterado. Y de ser así… deberían pensar por qué me ocurre,¿no estarán haciendo algo mal?
Sigues esperando «fotones». No se quien te enseñó eso…
Y me gustaría añadir (perdón por el ladrillo) que el propio formato que representa una imagen, sirve para comunicar de un modo concreto.
Una fotografía nos cuenta lo que ocurre en un instante (ya sea muy breve de milésimas o más largo, de segundos o minutos… pero un instante, en donde podemos apreciar una idea: la belleza, la tristeza, el amor, la cólera, una acción… cualquiera de ellas nos genera estímulos a los que reaccionamos. Y lo genial de la fotografía es que es directa y pura, nuestro cerebro no tiene que hacer cábalas ni cálculos… por eso engancha de modo tan poderoso. Es como si algo nos pincha en el brazo y reaccionamos apartándolo, sin pensar.
Una buena fotografía genera ese estímulo; reaccionas, te emocionas y lloras, te sorprendes, te ríes, te horrorizas, te apenas… sin pensar, sin que te lo expliquen, sin pies de foto.
Un fotolibro, sin fotos que impacten, sin que emocionen, sin que sean comprensibles … ¿dónde queda?
Decía que una imagen, sirve para comunicar de un modo concreto. Querer saltarse esa realidad me parece querer evitar el sentido común. Creo que no funciona de otro modo, no puede.
…no te enteras de nada, amiguete.
Tienes que estar en la pomada.
Y hacer como que conoces y disfrutas de todo porque es lo que hay que hacer.
…como Cayetana Guillén en La 2, pero sinque se rompa la espalda como a ella.
…siesqueeeee.
«Lo que hay que hacer»… Eso implica que o bien eres un títere y se regodearán de tenerte en su repertorio de muñecos a precio «canapé inaugural» o bien estás demostrando que se te engaña con cualquier zanahoria en un palo… en mi caso, ni de coña. Paso de pomadas. Por eso me encanta este blog «Larga resurrección a los Cienojetes» (si es que llegaron a morir algún día, creo que están en período de baja latencia)
La moción de censura contra La Trama es vuestra amiga. Adelante con ella aunque no tengáis apoyos.
Nada que ver oiga, en la política los ciudadanos votan, en la fotografía estamos todavía en el absolutismo de siglos atrás…en todo caso sería la revolución francesa.
Absolutismo? jajajaja, vaya retraso gastan algunos. La postfotografía jamás ha sido tan democrática como hoy: es ésa justamente la causa de su decadencia y corrupción.
¿Postfotografía? eso suena a lírica perroflauta. ¿Corrupción? ¿Ahora defiendes la idea de la Trama?
No se si será en octubre o el calor de este junio… pero es imposible comprender de que hablas, navegas en un mar de contradicciones.
De Middel en Magnum. Ha dejado de ser una emergente.
Bueno, para que discutir con gente sin dinero, sin contactos, sin gusto
AY! Qué bonito: gente sin dinero (primero), sin contactos, sin gusto. Dinero + contactos= igual sello de la editorial. ¿Gusto? ¿¿ Puedes explicarnos a qué saben las felaciones y los cunnilingus??
Saludos! He llegado a este blog desde un blog de literatura. Y precisamente lo que andaba buscando era esto: opiniones concisas y precisas sobre el mal de nuestro tiempo. O los males, pues por lo que veo ocurre lo mismo en el mundo literario, las mismas deformidades e injusticias. Ahora, que quiero empezar como fotógrafo Amateur, lo prometo: mucho estudio, trabajo, y sobre todo, poca pretensión y vacío, si puedes ser.
En estos tiempos de postureo y selfies en el baño No siempre los mejores serán la referencía.