Las comidas de olla de ArcoMadrid

ARCOmadrid 2013 acaba de cerrar sus puertas. Y Cienojetes no ha querido faltar a esta cita anual con el arte contemporáneo; y más concretamente con la fotografía de vanguardia. Además este año, a pesar de la subida del IVA, las galerías se han enrollado bastante con la crisis y los precios, como veréis a continuación, eran más asequibles.

Lo primero que hay que tener en cuenta al visitar esta gran feria internacional es que hay que llevar cuidado con lo que parecen las cosas. Por ejemplo, si ves algo en el suelo y te parece un desperdicio que se ha caído y tienes la tentación de darle una patada, es posible que la cagues porque se trate de una obra de arte. O si en una pared ves algo que pueda parecer un pedazo de cinta aislante que haya olvidado un montador, o un chicle pegado, bien puede ser la ramificación de una pieza artística valorada en miles de euros. Así que cuidado con lo que tocas.

Hecha esta advertencia para futuras ocasiones, os cuento mis peripecias en ARCO, donde fuí con un colega fotógrafo madrileño. En esta ocasión, decidí vestir con una estética de aire gaylor-warholiana, con las imprescindibles gafapasta, esta vez de color amarillo limón y verde pepino, a juego con unas deportivas. Mi amigo, mayor que yo, eligió impecable traje negro de Armani prestado, corbata del mismo color que mis Adidas, reloj Rolex de imitación, gafas de sol Dolce Gabbana compradas en los moros y discreto anillo tipo sello bañado en oro. De esta guisa dábamos el aspecto de millonario coleccionista entrado en edad y de acompañante joven, asesor y amiguito.

Asimismo os advierto de una peligrosa tentación: las azafatas que hay en los stands, junto a las obras de arte. Suelen estar muy buenas y te sonríen amablemente. Siguiendo el instinto natural tú te acercas y cuando ya llevas un tiempo hablando con la moza, sale por sorpresa el galerista de un habitáculo misterioso que hay detrás para venderte la obra de arte. Y como tú estás hechizado cual Ulises con el canto de las sirenas, caes como un tontarra en la trampa. Cuando despiertas de la ensoñación y te das cuenta que te la han metido doblá, ya es tarde. Te has endeudado por unos miles de euros en cuestión de minutos.

Pero con un poco de autocontrol estos peligros se vencen fácilmente. Si se le hace creer a azafata y/o galerista que vas a comprar -aquí tiene un papel fundamental la indumentaria citada- se puede uno divertir y más que eso. Es una buena táctica pararse detenidamente ante una obra, hacerse el interesado y a continuación dejar que te expliquen su significado. La comida de oreja no tiene precio. Además si la obra tiene un coste elevado y engañas bien a la azafata y al galerista haciéndole creer que estás al borde de la compra, es posible que seas invitado al pequeño cuartito posterior que tienen casi todos los stands, que en principio no sirve para nada. Pero si tienes suerte te darás cuenta que sirve para que te coman bien la olla.

E. Sourrouille, 4150$

Entremos en materia y hablemos de fotografía. Leímos en quesabesde que este año la fotografía era la verdadera protagonista en ARCO. «Aquí hay fotografía de calidad y sobre todo mucha fotografía social y reivindicativa, algunas pinceladas de reportaje y pocas, muy pocas, fotos desenfocadas». Y una vez comprobado in situ, en Cienojetes podemos decir que es cierto.

Jean-Luc Moerman

Moerman, 4050$

Entre las fotografías que más nos han gustado en la edición 2013 de Arco se encuentra indudablemente la del plátano que hay sobre estas líneas. Cualquier parecido con otras fotografías anteriores es pura anécdota; y más anecdótico es su precio que apenas supera los 4000 euros. Otra que también nos encantó es la foto del autocar de Falk HaberKorn, con un precio redondo: 4000$. Maravillosa también y originalísima la intervención de Jean-Luc Moerman sobre la foto del Che de René Burri, puesto que mejora notablemente una de las fotos-icono de nuestro tiempo; y además con un precio irrisorio: 4050$.

Sin embargo en ARCO 2013 hubo algunas fotografías que presentaron fallos graves. Algunos de ellos para nada son atribuíbles al fotógrafo. Son de montaje. A ver, señores galeristas y comisarios. ¡Hay que estar más atentos! Veamos algún ejemplo:

– Fotografía totalmente rajada. Se nota claramente que el montador la ha estropeado y en vez de notificarlo para que se imprima rápidamente otra copia, se ha hecho el sueco y no ha dicho nada. La foto habría tenido que ser reemplazada ipso facto.

Antonio Rovaldi_Torn Landscape America

Antonio Rovaldi, 1250$

– ¿Pero que es esto? ¡Unas fotografías pegadas encima de otras! Se ve claramente que hay una foto de color naranja debajo, encima otra de un señor y encima de ésta otra torcida que le tapa la cara. ¿Y nadie se da cuenta? Fallo grave al enmarcar. Las prisas…

Iris Touliatou

Iris Touliatou, 1700$

– En este doble marco, ¿nos hemos olvidado de la foto de la derecha?

Uriel Orlow

Uriel Orlow, 2350$

– ¿Es que no hay vigilantes de seguridad en Arco? ¿Dónde estaban para permitir que un gamberrete hiciera graffitis obscenos encima de la foto? Menos charloteo con las azafatas y menos viajes al bar, señores.

Tercerunquinto, 1500$

Sin embargo, en otras fotos los fallos son claramente del fotógrafo:

– En esta, el hecho de que la galería se llame Adora Calvo no es motivo para que el retratista haya situado al modelo adorando a la pared y de espaldas para que se le vea bien el matasellos. Ya sabemos que la galería paga, pero no hace falta ser tan pelotilla con la mano que le da de comer, ¡por favor!

Juan Hidalgo, 660$

Juan Hidalgo, 6660$

– Poco fino, muy poco listo, ha estado aquí nuestro fotógrafo y artista, situando una cinta métrica junto a los percebes. La foto no va destinada a un libro de biología marina, así que no es necesaria la escala ahí.

Enrique Lista

Enrique Lista, 2350$

Espero que con la lectura de esta breve reflexión hayáis aprendido dos cosas: una es que nunca debes subestimar el valor de tus fotos; y la otra es que hay que poner en su sitio a los galeristas. Hemos ensalzado a los visionarios de los talleres. Y son los galeristas los que en realidad tienen formación y capacidad para aclararnos cuando una fotografía puede elevarse a la categoría de obra de arte.

Así que revisa tus fotos descartadas; ¡reedita de nuevo! No vaya a ser que tengas una foto por ahí que tenga un valor supino; que pueda venderse por unos 5000 euros, por ejemplo. Saca una copia en tamaño grande ande o no ande (unos 2 metros de lado menor está bien) y enséñasela al galerista como copia de autor casi única, como si fuera una pintura o un incunable. El soporte de impresión es igual. Depende de lo que le guste al galerista: igual te pide una copia en un papel de esos fine art, tan de moda y caros, para encuadernarla con un marco de calidad; que igual le vale una fotocopia clavada con chinchetas a la pared. Tú prueba. Asesórate. Déjate aconsejar por él. Es tu amigo y por exponer sólo se quedará un mínimo porcentaje de tu obra de arte. A cambio, si la cosa rula, te espera una vida nueva. Recuerda que…

p17u81

Dora Garcia, 4800$

Un Comentario

  1. Teo Barker

    Este sí me ha hecho «derreír», sobre todo por el parloteo del galerista para hacerte entender que existe un sentido para que pagues 4.800 dólares por la última «obra». Eso sí, se os ha olvidado comentar que, generalmente, en el precio va incluido que Dª Dora García vaya a tu casa y te diga dónde debes colocar exactamente la «obra» tras visualizar (ellos no ven, ellos visualizan) el espacio.
    Gracias.

  2. Si no cuento esto reviento: Hace ya unos cuantos años un buen amigo fotógrafo fue enviado a Arco en sustitución como favor a otro fotógrafo que trabajaba para una publicación, un suplemento de un periódico (No voy a dar pistas para no comprometer a nadie). Mi colega tras todo el día paseando por Arco y tener un reportaje estandard sobre la feria encontró una puerta abierta que daba a un cuarto con un fregadero donde al parecer los pintores (De brocha gorda) que habían pintado los estands limpiaban sus cubos y rodillos, de manera que todo, incluido paredes, estaba pintado de varios colores. Que parecía que allí habían explotado los Teletubbies vamos… A mi amigo le pareció curioso el espacio y le hizo una foto… (En vertical, por si sirve de pista a algún fotógrafo de editorial…). Le pasó TODAS las fotos a su colega de la publicación y no hace falta que os explique qué foto terminó como portada bajo el título ARCO verdad?

  3. Julio Sánchez Millán

    esto es guachi piruli, esto si que es arte descriptivo-literario de redacción en época de crisis político-mental y de «homo económicus». europeo.!Pásate por un ARCO, que otro vendrá!.

  4. Lola

    Un cuesco en una botella es también poesía, pero todo depende del precio, cuanto más caro es el cuesco más valor tiene la obra. No es lo mismo un cuesco de 10 euros que un cuesco firmado de 6000 euros, el bueno es el de 6000, no te confundas. Hace mucho que el arte escapó de estos lugares, aquí solo se quedaron los buitres.

  5. Que noooo, que no lo entendemos, que somos unos igggnorantes con la mente cerrada como una caja de caudales :-DDD
    Siempre he pensado que este tipo de arte es puro márquetin destinado a gente que le sobra la pasta y no sabe lo que hacer con ella ni cómo disfrutarla. En fin…

  6. albert

    Sin duda el mejor texto de todos. Cuanta razón.

  7. Arte Puro

    ARCO, A sociación de R ecalcitrantes C omerciantes O bscenos es un lugar singular. No os lo perdáis, es el mejor sitio para aprender de mercadotécnia actual y otros saberes. Allí cada cual va a lo que va. Los galeristas quieren vender a toda costa, si estás hablando con alguno e intuye de lejos que acaba de cruzar la línea de stand un posible comprador…despídete, se esfumará como fantasma, para volverse a materializar a los pies del potencial cliente: la desintegración cuántica existe!. Las azafatas están a prestar los servicios oportunos -siempre, por supuesto, en el marco de lo visual y oral, verbal quiero decir- para atraer miradas y ventas. Haced la prueba de pasar a su lado y sonreír un poco, así como si nada. Entrar en conversación es fácil del todo… ¿tienes una tarjeta? entonces te da una de la galería, obviamente disponibles encima de la mesa… pero entonces tu vas y dices…no, no, me refería a tu teléfono, y así, con unas risas tontas y como el que no quiere la cosa en dos minutos o algo más vas abriendo camino para invitarle a una copa, luego en la noche, cuando salga del stand…. No olvidemos al público; es otra exposición paralela. El coleccionista auténtico que va a gastarse la pasta y se sabe aun más mirado, observado y deseado que cualquiera de las azafatas..y/o galeristas, y que engorda cada vez que traspasa el perímetro de cada stand. Son inconfundibles, aunque luego están los falsos compadores… como muy bien se habla de ellos en el artículo objeto de este comentario. Son gente tan egóica y con tantas ganas de ser mirados que se inventan ese personaje, que es el más poderoso de ARCO, para ser mirados y deseados. Suelen ser gente fea. El profesional del arte, que nunca se sabe realmente qué hace ahí, que la cosa nada tiene que ver con el arte, pero bueno, es posible que esté pensando cambiarse a la profesión de corredor de mercados. El comisario estrella, que de tanta inteligencia y glamour, y de todo…. brilla por encima de los stands… si cuando entras ves como estrellitas brillar en el techo del pabellón ya sabes que ahí abajo hay un comisario !. El jovencito o jovencita que fotografía todo, a sí mismo al lado de las obras, a las obras, a veces se confunden y fotografían también el extintor, o quizás me confundo yo. Si han logrado colarse en ARCO con alguna invitación pues se lo pasan bien y es más barato que el cine y un poco más raro que el centro comercial del barrio. Van rápido de un stand a otro y así se van culturizando en arte contemporáneo, con el bocata en la mano. Luego están las señoras que aprovechan para mirar algunas imágenes que, en fin, en casa no pueden sino a escondidas con el wifi, o al menos con esa justificación moral de estar disfrutando del «arte». Oído este año en ARCO: «pues esta me gusta más que esta…jijiji..» sólo cuando miré me di cuenta del objeto de sus miradas…. sujeto, para ser más exactos. Entre el público también hay quienes, sin tener stand, se exponen. Son las obras andantes, y en su versión femenina a mí me suelen resultar realmente atractivas, las persigues un rato entre stand y stand y así puedes apreciar la obra con diferentes luces. Donde y cuando más se disfruta en ARCO es en la cafetería tomando un café con una de estas obras. Y haciéndose uno la ilusión de que la obra quiera acompañarte a casa, o tú a ella, sin transacción económica ni nada -aparte de los cafés, por el que te clavan 4 euros-sino por el mero placer el arte, de Arte Puro… conviertiéndose todo en una gran obra de arte experimental. A veces se tiene la sensación de haber ido a ARCO para nada. Sin embargo lo más grande de ese mercadillo es salir de allí, no sólo con una obra de arte eb ek bolsillo, no sólo habiéndo descubierto, admirado, aprendido con las obras de arte…. sino convertido en OBRA DE ARTE PURO.

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  10. Me encanta esa ultima obra, fusilada por completo del Assassins Creed, a la espera de que nadie se de cuenta por cambiar una sola palabrita 😀

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  12. Me a gustado mucho este post. Gracias por el buen rato que me habeis hecho pasar, hoy tube un día de perros y cuando he leido el post me he estado riendo sin parar durante un buen rato. Un saludo.
    http://elojodelnavegante.blogspot.co.uk/

  13. John

    Mr Ni Con Pepinos. Este post es valiente y se atreve a decir, con mucho humor e ingenio, cosas que pocos dicen. Tiene mi aplauso y agregado a favoritos.

  14. Marcos Ferreiro

    Me alegra comprobar que soy un ignorante en arte, el júbilo me colma. Gracias por la sonrisa que se me queda tras leeros. Saludos.

  15. Julio

    Jajajajaja, me parto,jajajajaja. Lo mejor es que he » descubierto » este blog hace nada, gracias al podcast de Full Frame ( Alfredo, tú también has pillado aquí gracias a tus fotos de mendigos), y todavía me quedan el 90% de post por disfrutar. Muchas gracias por desenmascarar al postureo fotográfico de este país. Que no quede títere con cabeza.Jajajaja…….

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